En Chile políticas de control de azúcares en alimentos envasados no son suficiente para abordar el problema de la obesidad

Bianca Arendt, doctora en nutrición y economía de la Universidad de Bonn en Alemania, visitó nuestro país en el marco de una alianza de cooperación internacional de un proyecto Fondecyt de iniciación de la Carrera de Nutrición y Dietética de la Pontificia Universidad Católica de Chile, para analizar las regulaciones y desafíos de la nutrición infantil, además de factores claves como ácidos grasos Omega 3 en la enfermedad de hígado graso no alcohólico

La OMS ha desarrollado un Plan de Acción Global para la prevención y control de las enfermedades crónicas no transmisibles 2013-2020, que incluye y sugiere políticas fiscales como impuestos o subsidios que pudieran mejorar el acceso a alimentos saludables y promoción de opciones saludables. La invitada internacional comentó que ya existe un “impuesto al azúcar” que se aplica en algunos países como Chile, donde se aumentó el impuesto a las bebidas que contengan 6.25 gramos de azúcar agregada por 100 ml, lo que ha reducido el consumo de estas bebidas azuaradas en 21.6% (Fuente: Nakurama et al. PLoS Med 2018, 15(7).

Sin embargo, Bianca Arendt enfatiza que “estas políticas no son suficiente. Se requieren más medidas en todo el mundo para limitar o incluso revertir el aumento de la obesidad y las enfermedades asociadas a ella. Los profesionales clínicos están al tanto de las diferentes opciones de tratamiento en la enfermedad de hígado graso no alcohólico y un factor clave es mejorar la calidad de la dieta y aumentar la actividad física. Sin embargo, la realidad muestra que la mantención de la baja de peso y el realizar actividad física en el largo plazo no siempre se mantiene en el tiempo. Estos aspectos son difíciles para los pacientes. La cultura que rodea a la alimentación y el ejercicio debe cambiar”.

En este sentido, la doctora en nutrición explicó que uno de los indicadores silentes como sociedad es el hígado graso no alcohólico, un diagnóstico asociado principalmente a malos hábitos alimenticios, y sedentarismo. Arendt señala que entre un 20 y 30 por ciento de la población general en el mundo tiene hígado graso no alcohólico, y agrega:  “Hasta el 98% de las personas que padecen obesidad y aproximadamente el 50% de los que tienen diabetes tienen hígado graso. Debido a que el número de personas con obesidad y diabetes ha aumentado en forma progresiva en el mundo, es que la enfermedad de hígado graso no alcohólico es un importante problema de salud pública en todo el mundo”.

Los datos en Latinoamérica son limitados. En Chile, de acuerdo a un estudio, la tasa de hígado graso no alcohólico fue de 22% en población general. La prevalecía general en Sudamérica se estima que es de 30% aproximadamente. Las diferencias no son solo atribuidas a ambiente y estilos de vida, sino que también a la etnia y a los antecedentes genéticos. Estudios muestras que la población hispana tiene mayor riesgo de hígado graso no alcohólico en comparación a otros grupos.

La doctora Bianca Arendt  tiene un PhD en Nutrición y Economía (Oecotrofología) de la Universidad de Bonn, Alemania. Ha recibido dos becas para estudios de postdoc para la realización de proyectos en University Health Network en Toronto, Canadá. El primero fue un estudio de suplementación en pacientes con VIH y alteraciones en el control de la glucosa y el siguiente fue en pacientes con hígado graso no alcohólico y hepatitis C. Después de ambos proyectos continuó su trabajo como científica asociada enfocada en la enfermedad de hígado graso. En 2018, ya en Alemania, fue nombrada Clinical Project Manager para estudios clínicos en fórmulas infantiles en HiPP, empresa líder en la producción de alimentos orgánicos para bebés en Alemania.

 

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