“En la provincia de Melipilla están mis raíces, y trabajando juntos podremos hacerla cada día más grande”

A sus 37 años, asumir como Gobernador Provincial de Melipilla es todo un desafío para Javier Ramírez González, no sólo porque el Presidente de la República, Sebastián Piñera, confió en él, sino porque lleva el servicio público en la sangre, y éstas son las tierras que lo vieron nacer, donde ha crecido, donde formó su familia, y –por lo mismo- sabe cuáles son las principales necesidades de los habitantes de esta provincia.

“Estoy muy feliz de asumir esta labor, porque desde muy niño siempre he sentido la necesidad de servir a mi comunidad. Tal vez, venga en mis raíces, ya que mis padres Deborah y Jacinto son pastores evangélicos, que realizan un intenso trabajo en la comuna, y en mi Barrio Santa Elvira, vocación de servicio heredado de mi abuelo Héctor González, quien fue uno de los primeros pastores evangélicos trabajando en la provincia”, enfatiza la autoridad.

Agrega que “esto me motivó a ser  dirigente  en el Colegio Melipilla; luego  estudié Derecho, me casé con Carolina Farías, ingeniero comercial, con quien tengo dos hijos Javier y Jacinta, y son la principal motivación para seguir luchando para mejorar nuestra provincia”.

El gobernador, quien es abogado de profesión, Magíster en Ciencias Políticas y Comunicaciones y Máster en Gestión Pública de la Universidad de Alcalá,  enfatiza que estos títulos y sus años de estudios no pueden compararse con lo que ha aprendido trabajando con los vecinos y dirigentes sociales, quienes les han hecho ver el Chile real, ese Melipilla que muchas veces  está olvidada y que tiene necesidades básicas aún sin resolver.

“En los dos períodos de concejal, electo la última vez con la primera mayoría,  pude conocer el trabajo comunitario y las necesidades de las comunas, pero lo principal es que me di cuenta que los vecinos tienen grandes esperanzas para que sus autoridades puedan ser un aporte real al crecimiento de sus comunidades y eso lo aprendí en el trabajo en la calle, en terreno, visitando a hermosas familias que necesitaban apoyo o una palabra de aliento y Dios me ha dado la oportunidad de poder conocer ese Chile que muchos no quieren ver”, afirma.

Entre las principales preocupaciones de la primera autoridad provincial se encuentran “la falta de urbanización e inversión pública en agua potable, alcantarillado y electrificación en muchos sectores de la provincia como asimismo temas de transporte, de conectividad y de cercanía de servicios públicos con la ruralidad, por lo que ya comenzamos una programación de trabajo para que comencemos a subsanar estos problemas”.

Javier Ramírez es un hombre de sonrisa fácil y con grandes sueños para nuestra provincia. “Sé que es un largo camino. No es fácil, ni lo ha sido desde un principio, cuando decidí ayudar a mis tierras, donde están mis raíces, y donde espero envejecer y morir. Por eso, invito a los vecinos a que trabajemos unidos, porque Chile lo hacemos todos; Melipilla es de todos, y es nuestro sueño hacer de ella una provincia cada día más grande”.

 

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