Desde otitis, hongos, dermatitis y herpes, hasta insectos introducidos accidentalmente en el oído, son algunos de los problemas más recurrentes en otorrinolaringología
en temporada de vacaciones de verano.
Las extendidas horas expuestos a aguas en movimiento y estancadas, cambios de temperaturas y el sol, e incluso la introducción accidental de insectos en el conducto auditivo, son algunas de las razones para dedicar especial cuidado a los oídos este verano. Especialistas de la Universidad Católica comparten algunas recomendaciones para evitar y solucionar a tiempo, cuadros delicados que afectan al oído en niños y adultos.
Según el Dr. David Jofré, Jefe del Departamento de Otorrinolaringología de la Universidad Católica, la otitis externa es un cuadro clínico bastante frecuente en Chile, y si bien en algún momento fue más propio de climas cálidos y países tropicales, hoy con el alza de los viajes y de los deportes acuáticos, se ha transformado en algo más generalizado. “Consiste en una inflamación habitualmente de causa infecciosa en la piel y en la subdermis del conducto auditivo externo, y puede comprometer la primera capa del tímpano. La llamada otitis difusa tienes algunos grupos etarios que son más característicos, principalmente niños menores de 12 años, adultos mayores y quienes practican natación u otros deportes acuáticos, particularmente en condiciones de alta humedad y en meses calurosos, siendo un factor predisponente la inmersión en aguas cálidas y/o temperadas”.
En caso de acompañarse por fiebre, se sospecha el curso de una otitis media que es un cuadro clínico distinto no relacionado con el agua, sino con congestión de la vía aérea. El especialista comenta que existen otras lesiones en la piel del conducto aiditivo, como la dermatitis seborreica, en que el paciente presenta una descamación de la piel, observándose un conducto seco, brillante y escamoso; siendo un problema crónico que puede aumentar en determinada época del año. Asimismo, el Dr. Jofré destaca que existen otras enfermedades de la piel que producen síntomas de oído externo como la psoriasis o dermatitis de contacto, o bien cuadros virales como el herpes.
Por su parte, Karina Aracena, tecnólogo médico especialista en otorrinolaringología y docente de la carrera de Fonoaudiología de la Universidad Católica, explica que una de las enfermedades más comunes del verano es la otitis externa. “La principal causa es el daño que sufre la piel del interior del oído, tras el contacto prolongado con el agua, algunas veces contaminadas, y la erosión por el secado con objetos como los cotonitos. Hay agentes patógenos en las aguas, que usualmente infectan pequeñas heridas que se forman en el oído”, explica la docente.
Las otitis o inflamación del oído es una enfermedad de cuidado que requiere de la indicación de analgésico y antibiótico en caso de infección, y por ende debe ser tratado en un centro asistencial. En el transcurso del cuadro y hasta la consulta médica, la especialista comenta que es necesario administrar analgésico. En la evolución de este cuadro, el médico comenta que dentro de las primeras 48 horas, el paciente presenta dolor de oído, sensación de calor en el mismo y dolor al mover la mandíbula o masticar, también algunos pacientes manifiestan sensación de oído tapado y salida de líquido desde su interior.
El Dr. David Jofré explica que en el caso de la otitis externa, el tratamiento es local. Y en la otitis media aguda, cuando se corrobora el origen bacteriano, el tratamiento es con antibiótico. “Si hay mucha supuración y otros síntomas, es bueno que lo vea un otorrino, para que pueda drenar la secreción del oído, aspirar la otorrea, con lo cual se alivia el dolor y la sensación de oído tapado también. Hay determinados pacientes que pueden evolucionar y complicarse con hongos en los oídos. Es importante evitar el abuso de las gotas con antibióticos y siempre consultar a un especialista”.
Aracena añade que: “En caso de veranear en lugares ventosos o fríos, deben usarse gorros u orejera. Y si se presentan otitis, jamás introducir objetos o productos, tampoco aire caliente con conos encendidos, ya que el daño podría ser gravísimo si se quema el tímpano”. El secado debe ser suave con tocaciones, sin restregar el oído, con toalla suave o con papel absorbente. En temporada de calor, el oído se seca rápida y espontáneamente.
En caso de que tras zambullidos o piqueros, la persona sienta el oído tapado; Aracena señala que es solo la sensación, pero son gotas depositadas en el sinuoso conducto del oído que se absorben por sí solas en muy poco tiempo. Cabe señalar que en personas que tienen previamente perforaciones timpánicas, como en la otitis media crónica; al zambullirse en agua tienen alto riesgo de infección por contaminación del oído medio a través de la perforación, que generalmente se manifiesta por salida de líquido desde el oído, sin dolor.
Finalmente, la tecnóloga recomienda evitar la exposición al sol para disminuir el riesgo de cáncer de piel, y poner cada 3 horas bloqueador en las orejas. Asimismo, en caso de camping, el consejo es tener precaución con insectos que se introduzcan en el oído y si ello ocurriera, que mientras se busca ayuda en un centro asistencial, introducir aceite casero para evitar que el insecto perfore el tímpano. “Este tipo de episodios es muy común en campistas y si bien muchos se desesperan, la idea es empantanar en aceite al insecto en el oído hasta que un especialista lo extraiga con el instrumental adecuado en un centro asistencial”, finaliza la docente.
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