La «Revolución de las palas», voluntarios repletan la zona de incendios

Somos un país de grandes tragedias, no cabe duda. Y eso, quizá, ha sembrado en nosotros la costumbre de ir en ayuda del otro. Lo hacemos de inmediato, armamos redes, nos organizamos y así hemos visto a tantos anónimos que devuelven la ilusión en las horas más tristes.

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