Lo ideal es que los establecimientos educacionales -de determinadas zonas- cumplan con estas temperaturas mediante «estrategias pasivas», como el aislamiento térmico.
Tras la primera lluvia de otoño, se espera un importante descenso en las temperaturas en distintas regiones del país. Con el fin de resguardar a los más pequeños del frío, el Ministerio de Educación establece una serie de exigencias mínimas para establecimientos educacionales.
El decreto 548 indica que los establecimientos educacionales deben cumplir con exigencias mínimas «que permitan que la labor educativa se desenvuelva en un marco físico adecuado».
Una de estas exigencias instaura que los establecimientos educacionales deben garantizar una temperatura mínima en sus aulas, lo que excluye los servicios higiénicos y patios. Esto según el nivel educacional y la ubicación, por lo que no rige para todo el país.
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