Talibanes prohíben a las mujeres trabajar en ONG’S en Afganistán

El gobierno talibán de Afganistán ordenó este sábado a las organizaciones no gubernamentales dejar de emplear a mujeres debido a que, según dijo, no respetan el código de vestimenta, el mismo argumento por el que hace cuatro días las excluyó de las universidades del país.

«Ha habido graves quejas sobre el incumplimiento del uso del hiyab islámico y otras normas y reglamentos relacionados con el trabajo de las mujeres en organizaciones nacionales e internacionales», señaló una notificación enviada a todas las oenegés.

Decenas de ONG’s nacionales e internacionales trabajan en múltiples sectores en áreas remotas de Afganistán, y gran parte de su personal son mujeres.

Un portavoz del ministerio de Economía confirmó que esa cartera envió la orden.

«En caso de incumplimiento de la directiva (…) se cancelará la licencia de la organización que fue expedida por este ministerio», especifica la notificación.

Bruselas condenó la nueva directriz: «La Unión Europea condena firmemente la reciente decisión de los talibanes de prohibir a las mujeres trabajar en ONG’s nacionales e internacionales», dijo una portavoz del jefe de la diplomacia europea Josep Borrell en un comunicado enviado a la AFP.

«Estamos sopesando la situación y el impacto que tendrá en nuestras ayudas en el terreno», agregó.

La UE es uno de los mayores financiadores de las organizaciones humanitarias que trabajan en Afganistán, si bien no reconoce al gobierno talibán.

«Intento de borrar a las mujeres»

Dos OMG’s internacionales con las que habló AFP confirmaron que habían recibido el comunicado del ministerio.

«A partir del domingo suspendemos todas nuestras actividades«, declaró, bajo anonimato, un alto funcionario de una organización internacional, que lleva a cabo acciones humanitarias en varias zonas remotas del país.

El coordinador humanitario de la ONU para Afganistán, Ramiz Alakbarov, denunció en un tuit una «violación manifiesta de los principios humanitarios«.

Esta decisión es «un nuevo y deplorable intento de borrar a las mujeres de los espacios políticos, sociales y económicos», dijo Amnistía Internacional.

Una empleada de una ONG afgana mostraba su angustia ante la prohibición.

«¿Qué harán esas mujeres que no tienen hombres para mantener a sus familias y están trabajando en tales oenegés?», lamentó, pidiendo a AFP que no revelara su nombre. «Ese salario es lo único que nos había impedido caer en la pobreza».

Otro empleado de una ONG internacional que distribuye alimentos advirtió que la prohibición era un «gran golpe».

«Contamos con personal femenino en gran parte para abordar las necesidades de ayuda humanitaria de las mujeres afganas (…) ¿Cómo abordamos sus preocupaciones ahora?».

En ese mismo sentido, el Comité Internacional de Rescate dijo que sus más de 3.000 mujeres en Afganistán eran «cruciales para la entrega de asistencia humanitaria» en el país.

Inusual manifestación de hombres

El anuncio se produce solo cuatro días después de que el gobierno talibán decidiera prohibir indefinidamente a las mujeres afganas asistir a universidades públicas y privadas del país.

El sábado, unos 400 estudiantes de Kandahar, cuna del movimiento islamista fundamentalista, boicotearon un examen en solidaridad con las alumnas y se manifestaron, aunque la protesta fue dispersada por las fuerzas de seguridad, que dispararon al aire, relató a AFP un profesor de la Universidad Mirwais Neeka.

Las manifestaciones de hombres son extremadamente inusuales en Afganistán.

Este nuevo ataque contra los derechos de las mujeres conmociona a muchas jóvenes afganas que ya habían sido excluidas de las escuelas secundarias y ha provocado condenas internacionales.

A pesar de sus promesas de flexibilidad, los talibanes han vuelto a la rigurosa interpretación del islam que marcó su primera etapa de gobierno, entre 1996 y 2001.

Desde su regreso al poder en agosto de 2021, se han multiplicado las medidas en contra de las libertades, principalmente de las mujeres, excluidas progresivamente de la vida pública.

El 23 de marzo, los talibanes cerraron inesperadamente las escuelas secundarias apenas unas horas después de su esperada reapertura.

Además de ser privadas de la educación, a las mujeres también se les prohíbe llevar a cabo trabajos gubernamentales o se les paga una miseria por quedarse en casa.

En noviembre, los talibanes también les prohibieron entrar en parques, jardines, gimnasios y baños públicos. 

También tienen prohibido viajar sin estar acompañadas por un pariente varón y deben cubrirse con burka o hiyab al salir de sus casas.

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